Manuel surge desde la emoción y el silencio roto por una alzada ofrecida una tarde de Jueves Santo. Ese instante previo en que el paso se alza al cielo, en el que la expectación transforma el murmullo del entorno en un silencio que deja oír la arenga del joven capataz a los costaleros ocultos bajo el paso.

Un trabajo de cuatro años, con los costaleros de la Cofradía de la Virgen de la Salud, que pretende recoger su vivencia “del dolor por la pérdida y el clamor por la vida” a través del fervor y del esfuerzo con los que se entregan a cargar sobre sus espaldas el paso que ha de llevar a la Virgen.